Buenos Aires, 2 de noviembre de 2009 |
Carta abierta de nietos restituidos y hermanos que buscan a sus hermanos y hermanas nacidos en cautiverio
Visto que no ha cesado el espíritu de presentar como una "mano salvadora y llena de amor" el Plan Sistemático de Robo de Bebés, es decir, el Robo de Nuestra Verdadera Identidad durante la última dictadura militar, nosotros, "los nietos", queremos decir claramente que:
No corresponde que esté en tela de juicio el derecho a recuperar nuestra verdadera identidad, que muchas veces es puesto en discusión a través de cómplices, o simplemente necios, que llevaron adelante, aprobaron o aprueban, tal aberración.
El Estado debe usar todas las herramientas para devolverle la identidad a los más de 400 jóvenes apropiados que aún desconocen su verdadera historia, para así cerrar esta herida que marca a nuestro país desde hace más de 30 años. Lamentamos que muchas veces se quiera presentar como incorrecta la búsqueda de la verdad y se siga poniendo en discusión si se debe o no exigir un analisis de A.D.N. Ese examen en el caso de ser positivo, no sólo permite saber quiénes somos, sino que pone fin a la búsqueda de toda una familia después de más de tres décadas.
A los legisladores en particular y a la sociedad en general les pedimos que nos ayuden a encontrarlos y que piensen que los silencios permitieron que la Dictadura nos secuestre. Hoy no debemos permitir que esos silencios mantengan vigentes esos secuestros ya que son delitos permanentes que no prescriben, de lesa humanidad y que solo dejan de estar vigentes cuando se descubre la verdad.
Cada día que pasa es uno más en el que la mentira se mantiene viva, apropiándose de la verdad en la vida de más de 400 jóvenes y en ellos a sus hijos, las nuevas generaciones de argentinos.
Esos jóvenes son nuestros hermanos y nosotros sí les podemos decir que recuperar nuestra verdadera identidad nos permitió ser nosotros mismos y no lo que otros quisieron que fuéramos, primero asesinando a nuestros padres y luego cambiando nuestra identidad.
Los que hoy podemos saber quiénes somos y quiénes fueron nuestros padres, también sabemos que ellos nos dieron la vida y que jamás y bajo ninguna circunstancia nos abandonaron.
Sólo sobre la base del conocimiento de la verdad de los acontecimientos ocurridos a nuestros padres sabremos y podremos construir una sociedad más sólida, sin mentiras y con la verdad a la luz.
Nosotros hoy somos libres porque podemos elegir qué hacer con esta historia, ya que haber recuperado nuestra identidad no nos convirtió nuevamente en cautivos de alguien, sino todo lo contrario: nuestras familias respetan nuestros derechos y cada uno genera el vínculo que quiere con ellas.
Somos libres porque recuperamos lo que nos robaron, porque pusimos las cosas en su lugar y así pudimos entender nuestro A.D.N., ese que nadie pudo cambiar… Si en algún momento de nuestras vidas nos ocultaron cuál era nuestro origen, hoy lo sabemos y podemos hablar en primera persona de eso; hoy somos capaces de construir con esa historia un futuro.
El derecho a la identidad es un derecho humano y como tal irrenunciable. Es tan importante como el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad física. Nadie debe decidir si quiere o no ejercer ese derecho, porque es el Estado el responsable de garantizarlo y preservarlo.
Hoy este congreso tiene la responsabilidad y la obligación de reparar el daño que nos causó el terrorismo de estado.
Ramón Aiub
Matías Reggiardo Tolosa
José Sabino Abdala
Paula Alessandrini
Lorena Battistiol
Tatiana Sfiligoy
Horacio Pietragalla
Belén Gentile
Ramiro Nicolás Menna
Eduardo de Pedro
Gustavo Godoy Weil
Felipe Gatica
Cristina Bettanin
M. Victoria Torres Ruiz
Laura F. Acosta
Jorgelina Paula Molina Planas
Verónica Castelli
Virginia Ogando
Victoria Donda
Marcos Solsona
Claudia V. Poblete Hlaczik
Manuel Gonçalves Granada
Ivan Fina
María Julia Bearzi
Miguel Santucho
Pedro Luis Nadal García
Carlos D'Elía
Gisela Busaniche
Gabriel Cevasco
Flavia Battistiol
Hilda Victoria Montenegro
Juliana García
Gastón Gonçalves
Gabriel Corvalan
María Eugenia Sampallo Barragán
Leonardo Fossati
Benjamín Avila
Mariana Corvalán
Jimena Vicario
Martín Fresneda
Alejandro Pedro Sandoval Fontana
Adriana Elisa Metz
Marianela Galli
Josefina Nacif
Mario Luis Frías
Sebastian Casado Tasca
Ana Lina Klotzman
Antonio Belaustegui
Victoria Julièn Grisonas
Mariano Bearzi
Marcos Suárez vedoya
Sabrina Gullino
Macarena Gelman
Julia Dalila Bessio
Fernando Sandoval
Nicolás Placci
Tupac Vladimir Puggioni
Andrés la Blunda
Juan Cabandié
Emilio Goya
Pablo H. Jeger
Federico Nacif
Enrique Nacif
Bárbara García Recchia
Elena Gallinari Abinet
martes, 29 de diciembre de 2009
jueves, 10 de diciembre de 2009
sábado, 5 de diciembre de 2009
pagina 12
El país|Sábado, 5 de diciembre de 2009
Eduardo Corvalán, desaparecido en 1976, cuyo cuerpo identificaron este año, fue homenajeado
“Un militante popular y revolucionario”
Los dos hijos de Corvalán, Mariana y Gabriel, junto a sus amigos y familiares y a las Abuelas de Plaza de Mayo lo recordaron el día en que hubiese cumplido 68 años. Los hijos están buscando a un hermano/a que habría nacido en cautiverio.
El homenaje se realizó en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, que participó de la convocatoria.Las Abuelas de Plaza de Mayo junto con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA realizaron una ceremonia homenaje, anteayer, en el día en que el militante Eduardo Corvalán, secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar argentina, habría cumplido 68 años. Sus hijos, amigos y compañeros de trabajo organizaron un acto en su memoria en el Aula Magna de la Facultad de Exactas. También recordaron a su esposa, Mónica Delgado, que con un embarazo de tres meses fue secuestrada y desaparecida junto con Corvalán el 22 de julio de 1976. “Tengo muchos recuerdos de ellos, aunque ahora, después de reencontrarme con los amigos que compartieron nuestra vida en esa época, descubrí que algunas sensaciones son parte de la memoria de lo que había vivido con mis padres. Por ejemplo el sabor de los buñuelitos de banana que, según una amiga de mamá, ella solía hacer.” Este recuerdo al que refirió Mariana, la hija mayor del matrimonio, fueron como otros tantos que llenaron de sentido y nostalgia a la jornada, en el marco de un año en el que se encontraron los restos de Eduardo.
Amigos, compañeros de trabajo y sus dos hijos, Mariana y Gabriel Corvalán, se juntaron el pasado jueves para avivar y transmitir su historia. El lugar elegido fue la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, donde Eduardo trabajaba como empleado en la hemeroteca de Física, en el Pabellón I de Ciudad Universitaria. “Era un tipo con un gran sentido del humor” y, por otra parte, de “una militancia comprometidísima”, una combinación tan increíble como interesante, sostuvieron quienes lo conocieron. Militaba en el ERP 22 de Agosto, “en una época que incitaba a dar pelea”.
Corvalán “era esencialmente un militante popular y revolucionario”, definió al subir al escenario su compañero de militancia Jorge Benstein, que consideró que es su deber el de la memoria. “El Negro”, como lo llamaban sus amigos, nació el 3 de diciembre de 1941 en la localidad bonaerense de Moreno. Si bien durante dos años estudió en el Liceo Militar General San Martín, terminó su secundaria en el Colegio Nacional Mariano Moreno. “Una vez que Eduardo conoció a Mónica, no se separaron más”, afirmó una amiga del matrimonio, en uno de los tantos relatos que se presentaron en un video. Cuando la pareja fue secuestrada el 22 de julio de 1976 en la casa que alquilaban en Avellaneda, Mónica estaba embarazada de tres meses.
El dato de un tercer hijo fue una sorpresa y “una nueva etapa” para Mariana y Gabriel Corvalán, ya que ellos no supieron que su mamá estaba embarazada hasta que en 2006 se enteraron de casualidad en un acto recordatorio del golpe que se realizó también en la Facultad de Exactas. En ese evento “algunos de los que se acercaron a saludarnos nos preguntaban si no éramos tres hermanos. Deje pasar unos días para llamar a la amiga de mamá Mirta y preguntarle, pero ella me llamó primero y me dijo justo lo que quería saber: Mamá estaba embarazada”, explicó durante su presentación Mariana. Desde ese momento y acompañados por familiares y amigos, los hermanos Corvalán comenzaron la búsqueda de su hermano. En la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) les informaron que la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) los estaba buscando desde 2002 para que fueran a dejar las muestras de sangre en el banco de datos genéticos. Así lo hicieron.
Mientras tanto, su trabajo con las Abuelas de Plaza de Mayo se hizo incesante y hace cuatro meses integran el grupo Hijos y Nietos. La intensa búsqueda hizo que las novedades volvieran a aparecer al tiempo. Así, en 2009 surge otro hito importante en la vida de los Corvalán, ya que el Equipo Argentino de Antropología Forense informó a Mariana y Gabriel que, a partir de las muestras que ellos habían dejado, se pudieron identificar los restos de Eduardo, recuperados del cementerio de Avellaneda, donde permanecían en fosas comunes.
Los diversos testimonios retrataron, en el día de su cumpleaños, la vida y la personalidad del militante: “Si lo imagino de alguna forma es volando con sus grandes ideas y proyectos, que no le dejaron concretar”, lamentó Benstein. Gabriel se vio reflejado en ese aspecto de su padre: “Me dicen que me parezco a mamá, pero tengo gestos y vuelo tanto como papá”.
“Gracias a la vida”, fue la canción que acompañó el cierre del acto, y a su término el aula entera coreó: “Eduardo Corvalán, presente. Mónica Delgado, presente. ¡Ahora y siempre!”.
Informe: Rocío Ilama.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-136479-2009-12-05.html
Eduardo Corvalán, desaparecido en 1976, cuyo cuerpo identificaron este año, fue homenajeado
“Un militante popular y revolucionario”
Los dos hijos de Corvalán, Mariana y Gabriel, junto a sus amigos y familiares y a las Abuelas de Plaza de Mayo lo recordaron el día en que hubiese cumplido 68 años. Los hijos están buscando a un hermano/a que habría nacido en cautiverio.
El homenaje se realizó en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, que participó de la convocatoria.Las Abuelas de Plaza de Mayo junto con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA realizaron una ceremonia homenaje, anteayer, en el día en que el militante Eduardo Corvalán, secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar argentina, habría cumplido 68 años. Sus hijos, amigos y compañeros de trabajo organizaron un acto en su memoria en el Aula Magna de la Facultad de Exactas. También recordaron a su esposa, Mónica Delgado, que con un embarazo de tres meses fue secuestrada y desaparecida junto con Corvalán el 22 de julio de 1976. “Tengo muchos recuerdos de ellos, aunque ahora, después de reencontrarme con los amigos que compartieron nuestra vida en esa época, descubrí que algunas sensaciones son parte de la memoria de lo que había vivido con mis padres. Por ejemplo el sabor de los buñuelitos de banana que, según una amiga de mamá, ella solía hacer.” Este recuerdo al que refirió Mariana, la hija mayor del matrimonio, fueron como otros tantos que llenaron de sentido y nostalgia a la jornada, en el marco de un año en el que se encontraron los restos de Eduardo.
Amigos, compañeros de trabajo y sus dos hijos, Mariana y Gabriel Corvalán, se juntaron el pasado jueves para avivar y transmitir su historia. El lugar elegido fue la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, donde Eduardo trabajaba como empleado en la hemeroteca de Física, en el Pabellón I de Ciudad Universitaria. “Era un tipo con un gran sentido del humor” y, por otra parte, de “una militancia comprometidísima”, una combinación tan increíble como interesante, sostuvieron quienes lo conocieron. Militaba en el ERP 22 de Agosto, “en una época que incitaba a dar pelea”.
Corvalán “era esencialmente un militante popular y revolucionario”, definió al subir al escenario su compañero de militancia Jorge Benstein, que consideró que es su deber el de la memoria. “El Negro”, como lo llamaban sus amigos, nació el 3 de diciembre de 1941 en la localidad bonaerense de Moreno. Si bien durante dos años estudió en el Liceo Militar General San Martín, terminó su secundaria en el Colegio Nacional Mariano Moreno. “Una vez que Eduardo conoció a Mónica, no se separaron más”, afirmó una amiga del matrimonio, en uno de los tantos relatos que se presentaron en un video. Cuando la pareja fue secuestrada el 22 de julio de 1976 en la casa que alquilaban en Avellaneda, Mónica estaba embarazada de tres meses.
El dato de un tercer hijo fue una sorpresa y “una nueva etapa” para Mariana y Gabriel Corvalán, ya que ellos no supieron que su mamá estaba embarazada hasta que en 2006 se enteraron de casualidad en un acto recordatorio del golpe que se realizó también en la Facultad de Exactas. En ese evento “algunos de los que se acercaron a saludarnos nos preguntaban si no éramos tres hermanos. Deje pasar unos días para llamar a la amiga de mamá Mirta y preguntarle, pero ella me llamó primero y me dijo justo lo que quería saber: Mamá estaba embarazada”, explicó durante su presentación Mariana. Desde ese momento y acompañados por familiares y amigos, los hermanos Corvalán comenzaron la búsqueda de su hermano. En la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) les informaron que la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) los estaba buscando desde 2002 para que fueran a dejar las muestras de sangre en el banco de datos genéticos. Así lo hicieron.
Mientras tanto, su trabajo con las Abuelas de Plaza de Mayo se hizo incesante y hace cuatro meses integran el grupo Hijos y Nietos. La intensa búsqueda hizo que las novedades volvieran a aparecer al tiempo. Así, en 2009 surge otro hito importante en la vida de los Corvalán, ya que el Equipo Argentino de Antropología Forense informó a Mariana y Gabriel que, a partir de las muestras que ellos habían dejado, se pudieron identificar los restos de Eduardo, recuperados del cementerio de Avellaneda, donde permanecían en fosas comunes.
Los diversos testimonios retrataron, en el día de su cumpleaños, la vida y la personalidad del militante: “Si lo imagino de alguna forma es volando con sus grandes ideas y proyectos, que no le dejaron concretar”, lamentó Benstein. Gabriel se vio reflejado en ese aspecto de su padre: “Me dicen que me parezco a mamá, pero tengo gestos y vuelo tanto como papá”.
“Gracias a la vida”, fue la canción que acompañó el cierre del acto, y a su término el aula entera coreó: “Eduardo Corvalán, presente. Mónica Delgado, presente. ¡Ahora y siempre!”.
Informe: Rocío Ilama.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-136479-2009-12-05.html
martes, 1 de diciembre de 2009
Gabriel y Mariana te buscan...
Hace tres años nos enteramos que mamá estaba embarazada de tres meses, cuando se la llevaron junto a papá el 22 de julio de 1976.
Sabemos que papá estuvo detenido desaparecido en el centro clandestino de dentención puente 12/brigada Güemes.
Este año el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó sus restos que años anteriores habían sido recuperados junto a los de otros compañeros en fosas comunes del cementerio de Avellaneda.
El jueves 3 de diciembre de 2009, fecha en la que hubiera cumplido 68 años, en la facultad de ciencias exactas, donde trabajó como no docente en la hemeroteca de física que funcionaba en el pabellón I, le haremos el homenaje en el aula magna del pabellón II.
De mamá no tenemos ningún dato, no sabemos donde la llevaron, ni que paso, pero seguiremos buscando.
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